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lunes, 1 de junio de 2009

GWOEMUL.


Gwoemul es un término que en coreano significa Monstruo. Y la película del realizador Joon-Ho Bong trata precisamente de alertarnos contra los monstruos del mundo, esos que no dan coletazos ni pegan mordiscos con sus grandes colmillos de marfil pero que a través de la irresponsabilidad pueden sumir al mundo en un caos apocalíptico. Muestra de ello es la escena que abre la historia, con el médico que decide vaciar por el desagüe una gran cantidad de botellas de líquido altamente tóxico. Las consecuencias en forma de mutación crean al gwoemul depredador con la especie humana, un animal de terrorífico aspecto y condición anfibia.
Es más que aceptable la parte del film que nos presenta al monstruo y a la familia protagonista. El encuentro del gwoemul con un grupo de ciudadanos de Seúl, en la orilla del río Han, es uno de los momentos más brillantes de la película y anticipa unos efectos visuales nada exagerados, comedidos pero empíricos.
Puede que una de las virtudes de Gwoemul sea precisamente el poco abuso de escenas en las que participa el monstruo, dando mayor relevancia a los protagonistas humanos, algo que por desgracia no suele ocurrir en este tipo de películas.
Bong además mezcla la tragedia con ligeras gotas de humor, en escenas como la del velatorio en donde el abuelo, el padre y los tíos de la niña desaparecida y dada por muerta, parecen derrumbarse entre exagerados gritos de dolor en una pieza de ballet grotesca y amanerada. Se contempla con hilaridad también, la escena en la que un grupo de ciudadanos que esperan el autobús cubiertos por mascarillas que les protegen del virus supuestamente extendido por el monstruo, son rociados por el agua de un charco en el que minutos antes había escupido uno de ellos, aquejado de una molesta tos; todo ello mientras un callejero aparato de televisión alerta a la población sobre el virus que procesa con unos síntomas parecidos a los de la gripe.
Gwoemul es un film carismático, con hechuras; aunque es cierto que hacia la mitad de la historia, el ritmo narrativo sufre un socavón.
Aceptables interpretaciones de Du-Na Bae (certera tiradora de arco) y Kang-Ho Song (el antihéroe propicio).
Sentarse frente a Gwoemul es degustar un plato de cerdo agridulce con guarnición de fideos hervidos, admirar el fino sentido oriental por la fantasía cinematográfica y descubrir que en plena época de digitalización y efectos artificiales, el auténtico sentido del miedo por la supervivencia humana es un firme pilar con proyección dentro del universo del cine. Porque Gwoemul no deja de lado la lectura entre líneas y tal circunstancia, la hace inmune al aburrimiento.
Ganadora de varios premios internacionales, entre ellos los correspondientes al Orient Express Award y mejores efectos especiales, en el Festival de Sitges del 2006.
Recomendable para quienes quieran sentir por momentos el frío aliento del miedo corriendo a sus espaldas, y deseen gozar del buen sentido oriental por una fotografía cinematográfica de calidad.

GWOEMUL-THE HOST (2006). Dirección : Joon-Ho Bong. Guión : Won-Jun Ha, Joon-Ho Bong y Chul-Hyun Baek. Música : Byung-Woo Lee. Fotografía : Hyung-Ku Kim. Efectos especiales visuales : The Orphanage of San Francisco (California). Montaje : Sun-Min Kim. Intérpretes : Kang-Ho Song, Du-Na Bae, Hie-Bong Byeon, Hae-Il Park, Ah-Sung Ko, Paul Lazar y Brian Rhee. 119´Color. Corea del Sur. Chungeorahm Film-Showbox Entertainment.
Fotografía : Corre, corre, que te pillo. Padre e hija intentan escapar de las fauces del gwoemul.

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