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jueves, 10 de septiembre de 2009

DUPLICITY.


Poco cine durante las vacaciones de verano. El calor y las actividades alternativas alejan al cinéfilo de las pantallas. Nada más llegar cae en mis manos esta película indefinida, falta de ritmo, agotadora. Duplicity es una espiral ampulosa pero nula en consistencia, mentirosa, basando todo su peso específico en la pareja protagonista : la pizpireta y atractiva Julia Roberts y el apuesto y varonil Clive Owen. El realizador newyorkino Tony Gilroy escenifica con más fuego de artificio que otra cosa, una historia de espionaje industrial, en la que Ray Koval (Owen) y Claire Stenwick (Roberts) mantienen una relación de amor odio que sirve de hilo conductor a la trama, dejando demasiado de lado la vertiente más interesante de la historia, ó al menos la que más juego podría dar al espectador. Los escarceos amorosos de los protagonistas llegan a aburrir, presidiendo con algo de frialdad el enfoque principal de la película, que termina distorsionada.
Ni siquiera la presencia de dos grandes secundarios de la talla de Tom Wilkinson y Paul Giamatti consigue dar a la historia de Gilroy un atisbo de interés.
Duplicity es una película frustrante, cargada de tópicos y cubierta de esa capa gruesa de celofán de colores que tanto llena al cine actual de vacuidad.

DUPLICITY (2009). Dirección y guión : Tony Gilroy. Música : James Newton Howard. Fotografía : Robert Elswit. Montaje : John Gilroy. Vestuario : Albert Wolsky. Producción : Laura Bickford, Jennifer Fox y Kerry Orent. Intérpretes : Clive Owen, Julia Roberts, Tom Wilkinson, Paul Giamatti, Dan Daily y Denis O´Hare. 125´Color. EE.UU.-Alemania. Universal Pictures-Relativity Media-L.Bickford Productions-Medienproduktion Poseidon.
Fotografía : Julia Roberts y Clive Owen, pareja cinematográfica perfecta, pero menos.

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