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miércoles, 7 de octubre de 2009

STRAW DOGS.


The Siege Of Trencher´s Farm, novela del escritor escocés Gordon Williams, aunque bien trazada; no logra la misma intensidad de su derivación cinematográfica, Straw Dogs; realizada por Sam Peckinpah en 1971. Porque el film del genial realizador californiano supone uno de los mejores trabajos en la carrera de su actor principal Dustin Hoffman, que encarna a David Summer, un individuo inseguro, introvertido y pusilánime; que tras contraer matrimonio con una bella mujer de oculto pasado, decide trasladarse a una granja situada en un pequeño vilorrio rural inglés. Summer, astrofísico norteamericano, y su esposa Amy, (genial también la actriz Susan George) chocan de pronto con la malicia de un grupo de alterados lugareños que convierten la nueva vida de la pareja en una auténtica pesadilla. El científico, hombre de principios, plantea la pasividad como respuesta acertada a la violencia verbal, siendo tachado de cobarde por su cónyuge, que intuye como el miedo va apoderándose de su marido. La escena de la violación y posterior rapto de Amy a manos de los delincuentes, es una de las más duras que recuerdo y no precisamente porque contemple imágenes explícitas. Peckinpah, especialista en crear violencia visual, logra destilar una sensación de desagradable impotencia, que otros ejemplos parecidos no consiguieron ni de lejos.
La idea central que subyace del personaje creado por Hoffman representa el despertar de la bestia que todos llevamos dentro, incluso el más calmado de los seres humanos. En otras palabras : la paciencia tiene un límite.
El secreto del éxito de esta amarga película reside en la sobresaliente interpretación de Dustin Hoffman y en una más que soberbia dirección, que maneja los tiempos de la trama con impecable mano firme.
La actriz londinense Susan George, cuya anatomía fue doblada en las secuencias más lacerantes por su compatriota Susan Shaw, imprime una dosis extra de crudeza, pasando del desprecio hacia el supuesto cerote de su esposo, a la admiración más expresa. Amy Summer recrea diferentes sentimientos y recula a medida que David gana en autoestima.
La descripción psicológica de los personajes es una sorpresa agradable y la violencia visual que desprende la visión de Straw Dogs sirve de lección a quienes se empeñan en llenar sus películas de gratuita agresividad. Los personajes de Straw Dogs se exprimen hasta las últimas consecuencias, no dejando flecos por el camino. Cuando llega el desenlace, la cámara nos muestra el semblante del en otro tiempo tranquilo astrofísico, salpicado de aturdimiento, roto por la sensación de haber sufrido en sus carnes un silente ataque de ira. Cuando Summer inicia su venganza ya no le quedan lágrimas que derramar y se mueve sólo por la sensación personal de estar cumpliendo un deber, un reto matemático cuyo resultado no es, sino una loa a la justicia natural que hace triunfar al hombre sobre las bestias.
Straw Dogs fue rodada en Cornwall, y resulta una obra imprescindible para los buenos aficionados al cine.

STRAW DOGS (1971). Director : Sam Peckinpah. Guión : David Zelag Goodman y Sam Peckinpah, basado en una novela de Gordon Williams. Música : Jerry Fielding. Fotografía : John Coquillon. Montaje : Tony Lawson, Roger Spottiswoode y Paul Davies. Producción : Daniel Melnick. Intérpretes : Dustin Hoffman, Susan George, Peter Vaughan, Del Henney, Jim Norton, T.P.McKenna y Colin Welland. 118´Color. UK-EE.UU. Amerbroco Films-ABC Pictures-Talent Associates.
Fotografía : Susan George, actriz de singular belleza, en una escena del film de Peckinpah.

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