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martes, 30 de marzo de 2010

MATA HARI.


Margaretha Geertruida Zelle, conocida para la eternidad como Mata Hari, es un personaje real de gran atractivo cinematográfico. Holandesa, de madre indonesia, ocupó su vida realizando danzas exóticas con retazos de nudismo y siete velos. A la vez, ha pasado a la historia como una de las espías más audaces de cuantas desfilaron entre las feroces líneas de los conflictos bélicos.
Mata Hari es, en realidad, un personaje en el que se mezclan realidad y ficción, dando como resultado un toque de glamour sin fecha de caducidad.
La gran actriz Greta Garbo esculpió con su habitual técnica interpretativa a una Mata Hari plena, llena de encanto, muy sensual, pero ante todo profundamente humana. Su caracterización es inmensa, dejando pequeños al resto de actores miembros del reparto, incluido el siempre genial actor norteamericano Lionel Barrymore, que encargado de dar vida al militar ruso Serge Shubin, parece desfallecer al lado de la diva. La idea que pone en marcha el film del realizador parisino George Fitzmaurice trata de situar a la protagonista por encima de los hombres encorsetados en el papel de guerreros, maquinadores de una guerra infame, preocupados sólo por hundir sus garras en el enemigo. La Mata Hari de Garbo parece divertirse a costa de ellos, cómo si en el fondo asumiera que entre tanta locura, un segundo de glamour es un tesoro. Pero el talón de Aquiles de Mata Hari aparece en escena, cuando baja la guardia ante el único sentimiento que ella, aún no había descubierto : el amor puro. Y este llega a lomos del personaje que interpreta el actor mejicano Ramón Novarro, un aviador ruso de nobles sentimientos y adolescente comportamiento, Alexis Rosanoff. Mata Hari juega con él al principio, atraída por la inocencia del muchacho, pero cuando entre tanta maldad, la espía descubre la bondad, los acontecimientos cargan contra ella.
Destaca la presencia de la actriz norteamericana Karen Morley, que faculta a Carlotta, también agente alemana en un alegre París, en donde nadie puede fiarse ni de su sombra. Morley, ensombrecida por la sensualidad que desprende Garbo, muestra en varias escenas una presencia exquisita, llena de elegancia.
También merece un apunte el trabajo del actor norteamericano Lewis Stone, caracterizado como el maquiavélico Andriani, propietario de un casino y encubierto jefe de espías al servicio de Alemania.
La dirección artística de Cedric Gibbons y la soberbia colección de vestidos del gran Adrian, contribuyen de modo esplendoroso a la construcción de una gran película, que sirve de hermoso homenaje a una de las mujeres más enigmáticas y sugerentes de la historia del espionaje internacional.
Impresionantes decorados, sobre todo los que muestran el dormitorio privado de Mata Hari.
Magnífica Greta Garbo y muy recomendable película para quienes aún no hayan podido saborearla.
Glamour en estado puro.

MATA HARI (1931). Director : George Fitzmaurice. Guión : Benjamin Glazer y Leo Birinsky. Diálogos : Gilbert Emery y Doris Anderson. Fotografía : William H.Daniels. Montaje : Frank Sullivan. Vestuario : Adrian. Dirección artística : Cedric Gibbons. Producción : Irving Thalberg y George Fitzmaurice. Intérpretes : Greta Garbo, Ramón Novarro, Lionel Barrymore, Karen Morley, Lewis Stone, Alec B.Francis, C.Henry Gordon, Blanche Friderici y Edmund Breese. 89´Blanco y Negro. EE.UU. Metro Goldwyn Mayer. Fotografía : Greta Garbo, caracterizada como Mata Hari, en un retrato promocional del film.

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