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viernes, 2 de abril de 2010

CHARADE.


Rodada en exteriores de París y los alpes franceses de Haute-Savoie (primeras escenas), Charade es una comedia completa, efervescente y burbujeante. El lujo de ver juntos a dos de los actores con más atractivo personal de la historia del cine, Cary Grant y Audrey Hepburn, es el principal valuarte del film de Donen, director que según parece, al menos tras terminar de ver el conjunto de fotogramas; quiso colocarse a la altura de Alfred Hitchcock, explorando más la vertiente comediante del realizador inglés que la otra, la que más fama le ha dado, la del suspense. Porque aunque Charade se presente como una loa al suspense, es, en realidad; un canto a la comedia romántica. La química funciona entre la pareja protagonista, con una Hepburn dulce y femenina, muy elegante tapizada por Givenchy; llena de ese encanto que la sitúa entre las actrices con más charm de todos los tiempos. Pero Cary Grant no se queda rezagado, y auxiliado por un criterio de indefinición, crea un personaje lleno de virtudes interpretativas. Juntos, dan a la historia un empaque perfecto.
Suma y sigue respecto a la sobresaliente pareja, destaca la presencia de cuatro grandes actores, en Charade localizados como secundarios de lujo. Un Walter Matthau que faculta al presunto agente norteamericano Hamilton Bartholemew, pleno en su habitual comicidad y brillante cuando el guión le requiere en un matiz más sórdido. James Coburn en la piel de Tex Panthollow, genial en toda la historia pero especialmente durante su asistencia al velatorio del esposo asesinado de Regina Lampert, Charles. George Kennedy dibujando a Herman Scobie, un malvado armado con una mano garfio, fruto de su pasado bélico. Y el actor polaco Ned Glass, caracterizando al alérgico Leopold Gideon, magnífico y caricato.
No es que el guión de Charade sea maravilloso, probablemente peca de cierta simplicidad. Lo que hace de Charade un film más que decoroso, es la facilidad narrativa que atesora, la certeza de estar frente a un glorioso compendio de interpretaciones y la explotación perfecta que Donen realiza del concepto cine de actores. Es más que probable que el argumento de Charade esbozado por actores menos brillantes, se habría convertido en una historia vulgar. Desde luego sin su condición innegable de film eterno, probablemente irrepetible.
Inolvidable banda sonora a cargo de Henry Mancini, nominado al Oscar de Hollywood de 1964 junto a Johnny Mercer por la canción Charade (el premio final fue a parar a manos de Jimmy Van Heusen y Sammy Cahn por la tonada Call Me Irresponsible compuesta para la película "Papa´s Delicate Condition",George Marshall-1963) y el aval de la sonrisa de Audrey Hepburn (ganadora del premio Bafta de 1965 en la categoría de mejor actriz inglesa por su papel de Regina Lampert) si de lo se trata es de colocar un ladrillo más en el mágico muro de la cinefilia.
Geniales escenas durante el velatorio de Charles Lampert y profusión de diálogos elaborados en varios momentos de la película, con un brindis al humor absurdo.
Magnífica.

CHARADE (1963). Director : Stanley Donen. Guión : Peter Stone, basado en una historia escrita por él mismo y por Marc Behm. Música : Henry Mancini. Canción Charade compuesta por Henry Mancini y Johnny Mercer. Fotografía : Charles Lang. Montaje : Jim Clark. Producción : Stanley Donen. Vestuario de Audrey Hepburn : Hubert De Givenchy. Dirección artística : Jean D´Eaubonne. Intérpretes : Cary Grant, Audrey Hepburn, James Coburn, George Kennedy, Walter Matthau, Ned Glass, Dominique Minot, Paul Bonifas y Jacques Marin. 113´Color. EE.UU. Universal Pictures-Stanley Donen Films.
Fotografía : Regina Lampert (Hepburn) cura las heridas producidas por el garfio de Scobie en la espalda de Peter Joshua (Cary Grant).

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