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jueves, 10 de junio de 2010

STAGE FRIGHT.


Nada en el cine del gran Hitchcock surge por casualidad. Todo es premeditado. Stage Fright es uno de los títulos más desconcertantes en toda la carrera artística del soberbio cineasta. Es probable que para más de uno de los incontestables seguidores del realizador británico, entre los que me encuentro; sea esta película una de las menos vistosas y a la vez más identificables con su estilo.
Primero está el ingrediente del falso culpable, elemento que Hitchcock amortiza hasta las últimas consecuencias en Stage Fright, hasta el punto que se convierte en el alma de la narración. En segundo lugar, el director londinense echa mano de una heroina nada convencional. La actriz Jane Wyman encarna a Eve Gill, mujer constante, capaz de tirar del hilo de la trama, pese a quien pese. El personaje, que pudiera ser cualquiera de los espectadores que se sientan frente a la pantalla; demuestra fotograma a fotograma un carácter heróico no premeditado, como si los escollos que va solventando fueran más fruto de la rutina diaria que de una rocambolesca historia de suspense. En tercer lugar, el enredo. Hitchcock plantea en Stage Fright situaciones estresantes, que en un sólo segundo pueden alterar el curso de la acción dependiendo de reacciones humanas e incluso del azar.
Analizando con perspectiva espacial la narración de los hechos, Stage Fright se basa en una historia simple, desarrollada por Hitchcock con curvas, recodos y vaivenes, rizos de autor que dan al conjunto una personalidad inconfundible. Un asesinato presentado al espectador en la primera escena, cuyo planteamiento, desarrollo y desenlace se confabulan contra la razón.
Destaca sobremanera el trabajo del actor escocés Alastair Sim, enfundado en el rol del padre de la protagonista, que aporta las gotas justas de humor a la historia. También la siempre exquisita Marlene Dietrich juega al gato y al ratón con las pesquisas espontáneas del espectador, construyendo a una inolvidable Charlotte Inwood, tan venenosa y lasciva, como desconcertante.
Rodada en Londres, Stage Fright es uno de los films de Hitchcock que posee mayor carga cinematográfica, a pesar de que apenas cuente en la lista de grandes obras de su autor.
En la parte negativa, y a titulo personal; considero la parte central de la película cómo uno de los más aburridos momentos profesionales en la carrera de Hitchcock. Ello, aún reconociendo que Stage Fright sigue desconcertándome cada vez que mis pasos se dirigen a su encuentro.
En todo caso, buena muestra de cine, lo cuál no es poca cosa.

STAGE FRIGHT (1950). Director : Alfred Hitchcock. Guión : Alma Reville y Whitfield Cook, basado en una novela de Selwyn Jepson. Diálogos : James Bridie y Ranald MacDougall. Producción : Alfred Hitchcock. Música : Leighton Lucas. Fotografía : Wilkie Cooper. Montaje : Edward B.Jarvis. Intérpretes : Jane Wyman, Marlene Dietrich, Michael Wilding, Alastair Sim, Richard Todd, Sybil Thorndike, Kay Walsh, Patricia Hitchcock y André Morell. 110´ Blanco y Negro. UK. Warner Bros Pictures.
Fotografía : Jane Wyman, heroina de Hitchcock al servicio de una historia llena de tirabuzones narrativos.

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