viernes, 16 de octubre de 2009
SABOTEUR.
Saboteur es ante todo un film de persecución. Una aventura en la que todo parece confabularse contra su protagonista, Barry Kane (Robert Cummings), un hombre tranquilo y trabajador de rutina, que de la noche al día sufre en sus carnes la sombra de la duda, la falsa culpabilidad del sabotaje en la fábrica en la que se gana la vida y del asesinato de su mejor amigo. Pronto el guión le coloca junto a la pareja ideal en la huida en busca de la verdad, una pizpireta mujer de contrastada audacia, Pat (Priscilla Lane).
Cuatro encuadres del film poseen especial relevancia, cuatro y no más. La escena en la que Barry acude a casa del malvado Tobin (Otto Kruger) en la que Hitchcock deja clara la personalidad del malo de la película dibujándole como un siniestro y pérfido cínico, ampuloso y traidor.
El encuentro con Pat y su tio invidente en la cabaña de este, escena en la que surge la primera mecha de amor entre la pareja protagonista y en donde alguien al azar comparte la inocencia del falso culpable sirviéndole de guía por el camino hasta alcanzar la verdad.
El tiroteo en el cine, magistral demostración de genialidad cinematográfica por parte del director inglés, haciendo coincidir un disparo real con otro que se muestra en la película proyectada.
Y por último, la más brillante, que tiene lugar en lo alto de la Estatua de la Libertad, en la que Mr.Fry (Norman Lloyd), auténtico asesino y saboteador; lucha por sobrevivir, suspendido en el aire; a un poco oportuno resbalón mientras las retinas del espectador asisten a la progresiva e inquietante rotura de la manga de su chaqueta sujetada con dificultad por el brazo de Kane.
Hitchcock no logró con Saboteur la mejor de sus películas, pero en cambio manejó con habilidad el ritmo suspensivo dotando a la historia de un innegable valor pleno de personalidad creativa, sobre todo en las escenas antes mencionadas.
Saboteur encierra el recurso, propio de Hitchcock; del azar y el destino como amigos inseparables del buen hombre en apuros. Y sobre todo encierra, como perla en ostra cerrada; al mejor Alfred Hitchcock aunque sea sólo con retazos y no en su conjunto.
Se ha dicho que Robert Cummings peca de inexpresividad, que Priscilla Lane no cumple las normas estéticas propias de las actrices habituales en el cine del gran realizador británico, que Otto Kruger es un malvado de diseño. Creo que ni siquiera estas aseveraciones quitan un ápice de brillantez a las mencionadas escenas, aunque es verdad que si hay algo que puede achacarse en contra de Saboteur es una ligera falta de continuidad en el tejido del hilo argumental, poseedor de algunos cortocircuitos.
Necesaria para los cinéfilos analistas del cine de suspense.
SABOTEUR (1942). Director : Alfred Hitchcock. Guión : Peter Viertel, Joan Harrison y Dorothy Parker, basado en una historia de Alfred Hitchcock. Música : Frank Skinner. Fotografía : Joseph A.Valentine. Montaje : Otto Ludwig y Edward Curtiss. Productor : Frank Lloyd. Intérpretes : Priscilla Lane, Robert Cummings, Otto Kruger, Alan Baxter, Norman Lloyd, Ian Wolfe, Alma Kruger y Vaughan Glaser. 108´Blanco y Negro. EE.UU. Frank Lloyd Productions-Universal Pictures.
Fotografía : La pareja protagonista en una fotografía promocional del film.
Etiquetas:
Alfred Hitchcock,
Otto Kruger,
Priscilla Lane,
Robert Cummings
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