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viernes, 24 de abril de 2009

LOS CRÍMENES DE OXFORD.


Alex de la Iglesia logra al fin la madurez, gracias a Los Crímenes de Oxford. Puedo presumir de haber estado en casa del director bilbaíno, muchos años atrás, cuando ni él ni yo habiámos alcanzado los veinte años. Fue un contacto fugaz, de una sola tarde, acompañando a un amigo común. Desde luego, el Alex actual en poco se parece a aquel Alex, más delgado e introspectivo. Su gran afición de entonces eran los comics y las viñetas de propia manufactura. Ya nos hablaba por aquel entonces de su especial cariño al astronauta de Tony Leblanc. No volvimos a vernos, y es muy probable que, al no haber alcanzado yo fama alguna, ni siquiera se acuerde de mi. Al cabo de los años descubrí que Alex de la Iglesia andaba metido en el universo de los cortos. Primero, sus mirindas asesinas. Luego su participación en Mama, aquella historia apocalíptica dirigida por Pablo Berger, en donde Alex se ocupó de parte del guión y de la dirección artística. Y después, el gran salto al largometraje con Acción Mutante, un guiño al mundo del cómic cargado de humor. He seguido de cerca el trabajo del director bilbaino, con especial cariño. Empezaba a echar de menos un paso hacia delante, un guión serio en donde Alex demostrara de una vez que podía salir del encasillamiento. El cine de Perdita Durango, El Día de la Bestía, La Comunidad, siendo fresco y original, resultaba ser un producto de corto recorrido, desafiando mi apuesta personal fiel y eterna por este genio del cine. Daba la sensación que la carrera de De la Iglesia siempre iba a circular dependiendo del cómic, de la serie B, y que nunca terminaría por ser tomado en serio.
Con Los Crímenes de Oxford, llega mi explosión de júbilo. Lo supe de antemano, y lo confirmé tras ver la película. El hilo argumental empieza con el crimen en Oxford de una anciana, al que le suceden otra serie de asesinatos, que en su conjunto parecen tener un punto en común. Un veterano catedrático de lógica, interpretado por el genial John Hurt, y un audaz y despierto universitario norteamericano (Elijah Wood) que pretende al anterior como director de su tesis final de carrera, se verán envueltos sin pretenderlo en una carrera por descubrir al asesino y los motivos que tiene para cometer los crímenes. Entre ambos aparece la siempre atractiva figura de Leonor Watling, que esculpe a una sensual enfermera más astuta de lo que parece a simple vista. Gran trabajo de actores, (tanto Wood como Hurt, Watling y la frágil rubia interpretada por Julie Cox, dan visibles muestras de un sublime y compacto trabajo de equipo) y perfecto planteamiento estructural por parte del director convergen para crear una historia de suspense con notable rango académico. De la Iglesia abandona el universo friki en pos de una trama que hubiera rodado el propio Hitchcock. No puedo olvidar a los cuatro grandes secundarios del film : Anna Massey, que da vida y muerte a la anciana Mrs.Eagleton; Jim Carter encarnando al sabueso de turno, el excéntrico y acomplejado Podorov, encarnado por el actor Burn Gorman y el francés Dominique Pinon, que ejerce de padre justiciero aunque dislocado mentalmente.
Más que brillante, Los Crímenes de Oxford demuestra talento, profesionalidad y la satisfacción de ver a Alex de la Iglesia convertido en lo que todos sabiamos que es : un hombre de cine. Hay que verla.

LOS CRÍMENES DE OXFORD (2008). Director : Alex de la Iglesia. Guión : Alex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría, basado en una novela de Guillermo Martínez. Música : Roque Baños. Fotografía : Kiko de la Rica. Montaje : Alejandro Lázaro y Cristina Pastor. Intérpretes : Elijah Wood, John Hurt, Leonor Watling, Julie Cox, Anna Massey, Jim Carter, Burn Gorman, Dominique Pinon, Alan David y Alex Cox.
108´Color. España-Francia-Reino Unido. Eurimages-La Fabrique de films-Telecinco cinema-Tornasol films.
Fotografía : Watling, bella, y Wood, lince, atienden las instrucciones del director, que sonríe satisfecho.

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