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lunes, 18 de mayo de 2009

ELEPHANT WALK.


Alguién me dijo una vez que lo único verdaderamente relevante de Elephant Walk es el estupendo vestuario con el que Edith Head engalana a Liz Taylor. Cierto es que el esplendor natural de la actriz londinense se realza a lo largo de la película con una sublime colección de vestidos y camisones dignos de aplauso. Ayer vi Elephant Walk por tercera vez en mi vida. La primera data de cuando no pasaba de diez años. Niño aún, me quedé impresionado con la visión de una manada de elefantes caminando por el ampuloso salón de los Wiley, localizado en una impresionante mansión de Ceylan. Es lo único que almacenó mi infantil memoria. La segunda hace tres ó cuatro años en versión video doméstico. La película en si me resultó aburrida, con unos efectos visuales trasnochados y con el único aliciente de los ojos violeta de Taylor destacando desde los fotogramas sin competencia alguna. Aunque Vivien Leigh fue la primera Ruth Wiley, tuvo que ser sustituida por Taylor con el rodaje empezado. Dice la leyenda que en algunos planos largos de la película es Leigh quién aparece, y no Taylor; esbozando a la protagonista.
Ayer cuando terminó la película, intenté, pero no logré; ser complaciente con William Dieterle, su director. Es evidente que las intenciones de la historia se presentan en bandeja de plata, pero el resultado final dista mucho de ser convincente. Peter Finch, Liz Taylor y Dana Andrews forman un triángulo amoroso de pobre empaque. Los diálogos entre el matrimonio Wiley resultan en exceso dulzones cuando se aman, y demasiado teatrales cuando discuten. Todo parece trazado desde la lejanía, sin profundidad. Los personajes carecen de vigor y el tercero en discordia, Dick Carver (Dana Andrews) se diluye desde el primer segundo de acercamiento a Ruth Wiley. Parece como si Elizabeth Taylor les robara todo el protagonismo, toda la luz de la cámara, sólo por ser la única mujer con relevancia en la trama.
Elephant Walk es un producto fatuo en detalles pero carente de contenido. A ratos funciona como un dominó al que le faltan fichas y sólo la estética del vestuario y del hermoso lujo colonial conceden al producto leves gotas de atractivo.
Debo destacar al actor birmano Abraham Sofaer, que encarna al fiel sirviente Appuhamy, y que a ratos sirve de contrapunto a la debilidad del resto de actores masculinos.

ELEPHANT WALK (1954). Director : William Dieterle. Guión : John Lee Mahin, basado en una novela de Robert Standish. Productor : Irving Asher. Música : Franz Waxman. Fotografía : Loyal Griggs. Montaje : George Tomasini. Vestuario : Edith Head. Intérpretes : Elizabeth Taylor, Peter Finch, Dana Andrews, Abraham Sofaer, Abner Biberman y Leo Britt. 103´Color. EE.UU. Paramount Pictures.
Fotografía : El trio protagonista enfrentado a los elefantes y a su propia existencia.

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