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miércoles, 20 de mayo de 2009

THE ROSE TATTOO.


Anna Magnani fue actriz de intensa capacidad dramática, sublime en los planos cortos y gesticulante cómo pocas. Su nervio interpretativo y una bella fealdad mediterránea le convirtieron en la italiana vociferante por naturaleza. Lejos de los estereotipos provocados por las anatomías de sus compatriotas contemporáneas, Magnani suplía la falta de encantos, con un amplio elenco de guiños, muecas y gestos emparentados con el espíritu femenino de la Italia profunda. Fue el escritor Tennessee Williams uno de los personajes públicos que más ensalzó a la actriz romana, realizando declaraciones que versaban sobre la salvaje belleza de Magnani.
Puede que esta admiración tenga que ver con la película The Rose Tattoo, en la que Magnani esculpió el personaje de Serafina Delle Rose, actuación que fue galardonada con el Oscar de Hollywood a la mejor actriz principal en 1956. Basada en una obra teatral del propio Williams, posteriormente representada en Broadway por Maureen Stapleton; la película se sustenta en una adaptación de Hal Kanter, y en el fortalecido libreto del propio escritor.
La historia nos presenta a Serafina Delle Rose, mujer adiestrada en las tradiciones del Sur de Italia, fiel esposa y esforzada madre, rodeada a diario de las cuatro paredes de su vivienda unifamiliar localizada en Luisiana. El esposo de Serafina, Rosario (Larry Chance) lleva una vida secreta, trabajando como camionero para una empresa frutera y dedicándose al contrabando de licor. Al mismo tiempo mantiene una relación extramarital con una elegante chica de club, Estelle Hohengarten (Virginia Grey); circunstancia esta que Serafina desconoce. La pasión ciega que la mujer siente hacia su esposo deriva en depresión cuando una noche, durante unos de los transportes clandestinos de alcohol embotellado, éste sufre un accidente mortal mientras es perseguido por una patrulla de policía. A partir de ese instante, la vida de Serafina de transforma en un oscuro pozo negro. La relación con su única hija, Rosa, (Marisa Pavan), comienza a degenerar cuando esta conoce en una fiesta colegial al marinero Jack Hunter (Ben Cooper). Tiempo después, y en plena crísis afectiva materno filial, Serafina se topa con Alvaro Mangiacavallo (Burt Lancaster),que le recuerda a su fallecido esposo, y del que se enamora, aunque se esfuerce en aparentar lo contrario. Este hecho coincide en el tiempo con el descubrimiento de la pasada infidelidad de su marido, hecho que provoca un progresivo distanciamiento del recuerdo honorable que profesaba hacia él.
Es magnífica la escena en la que Serafina, recelosa respecto a las intenciones que el joven Hunter tiene para con su hija, obliga al joven, previo interrogatorio severo; a arrodillarse ante una imágen de la Vírgen y jurar que mantendrá a salvo la inocencia de la joven Rosa. Tampoco tiene desperdicio la escena en la que Mangiacavallo, intentando atraer la atención de Serafina, se pone a torear una cabra en pleno jardín, aplastando todos los tomates de la familia Delle Rose.
El director Daniel Mann juega con el rol editado por Magnani, con esa fructífera esencia italiana de la mujer de escasa cultura, trabajadora hasta la extenuación, (Serafina regenta un encubierto negocio de modista), de extracción rural y sometida a la religión y las tradiciones. Williams idealiza en su historia la estampa del matriarcado sumiso, un referente que sitúa al varón como estandarte familiar, dejando para la profundidad del hogar el liderazgo materno.
La joven actriz Marisa Pavan, nacida en Cagliari y hermana gemela de la también actriz Pier Angeli, realiza un enorme trabajo, repleto de carácter y sensualidad. La hija de Serafina representa el cambio generacional, la ruptura comedida con las arcaícas costumbres sicilianas. Burt Lancaster, en cambio; parece exagerado, en un rol difícil de manejar, sobre todo cuando enfrente se tiene a la gran Magnani. El vals interpretativo se tranforma en rock´n´roll, dejándose llevar por las piruetas mímicas de la actriz del Latium. Y en ese aspecto, Lancaster no sabe llevar el ritmo adecuado.
Fue rodada en los Cayos de Florida y premiada con tres Oscar de Hollywood, además del concedido a la actriz protagonista; los correspondientes a mejor fotografía y mejor dirección artística. Magnani logró más galardones, entre ellos el del Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York.
The Rose Tattoo debe contemplarse con la retina centrada en Anna Magnani, que realiza uno de sus más apoteósicos dibujos, fortaleciendo con su presencia el ritmo del film, conjugando penas y alegrías de un modo soberbio. Lección magistral de interpretación por parte de Magnani, en una película correcta en estructura, ritmo narrativo y fondo argumental.
Muy recomendable.

THE ROSE TATTOO (1955). Dirección : Daniel Mann. Guión : Tennessee Williams, basado en su propia obra teatral y bajo la adaptación de Hal Kanter. Música : Alex North. Fotografía : James Wong Howe. Montaje : Warren Low. Producción : Hal B.Wallis. Vestuario : Edith Head. Dirección artística : Hal Pereira y Tambi Larsen. Intérpretes : Anna Magnani, Burt Lancaster, Marisa Pavan, Ben Cooper, Virginia Grey, Jo Van Fleet, Mimi Aguglia, Larry Chance y Sandro Giglio. 117´Blanco y Negro. EE.UU. Paramount Pictures.
Fotografía : Serafina Delle Rose (Anna Magnani) busca sentido a su vida.

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