jueves, 4 de febrero de 2010
MADAME BOVARY.
Basada en la novela del escritor francés Gustave Flaubert, la Madame Bovary de Vincente Minnelli es una de las cinco adaptaciones cinematográficas más destacadas de cuantas se han rodado sobre este personaje a lo largo de la historia. Con un correcto libreto a cargo del norteamericano Robert Ardrey, el equipo de dirección artística y decorados fue nominado al Oscar de Hollywood en 1950, aunque el premio final fuese a manos de los responsables de ese mismo apartado en la película "The Heiress" (William Wyler,1949).
A una soberbia interpretación de la actriz Jennifer Jones se unen una impecable ambientación y un desarrollo argumental tan bien estructurado como relatado. La colección de vestidos que despliega Emma Bovary, selección de Walter Plunkett; las memorables escenas de baile realizadas bajo la supervisión certera del coreógrafo Jack Donohue, la promiscuidad de decorados siempre idóneos, y el mismo fondo de la historia que se nos traslada, forman un bello conjunto, rebosante de estética y muy afectado por intenciones románticas. La defensa que hace Gustave Flaubert (James Mason) del personaje de la mujer libertina y denostada y la clara crítica a la burguesía rural francesa de finales del siglo XIX se cuelan con soltura en el interior del espectador, llegando a entender en parte los criterios del escritor. Minnelli elabora el melodrama buscando la solidaridad del público con Emma Bovary, plasmando a través de su esposo, bien interpretado por Van Heflin; el consentimiento de la infidelidad conyugal por parte de un marido enamorado. Difícil objetivo, que por momentos nos hace dudar. Pero la declaración final de Flaubert sentado en el banquillo judicial acusado de escándalo moral, es como una losa de peso que cae sobre nuestras conciencias. Tal vez sea este uno de los mayores aciertos en el film de Minnelli. Encauzar el relato a través de la defensa de Flaubert logra abrir el debate, sembrar la polémica y hacer del film algo más que un bello cuadro romántico.
La belleza de Jennifer Jones queda desbordada por la mezcla que la actriz realiza en un rol que transcurre entre la alegría, la melancolía, el tormento y la desesperación. Jones construye uno de sus mejores papeles, radiante en cuanto a feminidad, atormentada y estridente, pero profundamente humana.
Una obra maestra cuya visión resulta imprescindible para todos los que amamos el buen cine.
MADAME BOVARY (1949). Director : Vincente Minnelli. Guión : Robert Ardrey, basado en la novela de Gustave Flaubert. Vestuario femenino : Walter Plunkett. Música : Miklos Rozsa. Fotografía : Robert H.Planck. Montaje : Ferris Webster. Producción : Pandro S.Berman. Dirección artística y decorados : Cedric Gibbons, Jack Martin Smith, Richard Pefferle y Edwin B.Willis. Coreografía : Jack Donohue. Intérpretes : Jennifer Jones, James Mason, Van Heflin, Louis Jourdan, Gene Lockhart, Frank Allenby y Harry Morgan. 115´ Blanco y Negro. EE.UU. Metro Goldwyn Mayer.
Fotografía : la bella actriz Jennifer Jones, una gran Madame Bovary.
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