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martes, 5 de mayo de 2009

CAMINO.


Soy de los que creen que para criticar una película es preciso haberla visto antes. Lógica que algunas veces no se cumple por prejuicios morales ó por la presunción de perjuicios de la misma índole tras su visionado. También soy, como aficionado al cine en general, de los que consideran que utilizar el cine para expresar opiniones sobre temas políticos, religiosos ó de conciencia es jugar con ventaja, teniendo en cuenta el poder subliminal de la imagen. Javier Fesser buscó, según declaraciones propias, una radiografía del Opus Dei, nunca un diagnóstico. Lo cuál no sólo no resulta cierto cuando finaliza la trama, sino que suena a prepotencia. Me enseñaron tiempo atrás que las radiografías del prójimo nunca deben hacerse sin antes, realizar una propia. Por lo demás, Fesser contrapone fe y razón, amor a Dios y amor al prójimo, todo ello salpicando la acción de una supuesta ficción falsa teniendo en cuenta el homenaje que cierra el film y que el director otorga al caso real de Alexia González-Barros, niña fallecida en similares circunstancias a las de Camino, y cuya causa está en espera de beatificación por el Vaticano. Tal vez Fesser hubiera salido indemne si llega a omitir homenajes, máxime cuando la familia de la niña real ha despreciado las intenciones del director. Fesser, auspiciado por la moda actual de reprobar al catolicismo, busca el producto fácil : la crítica disfrazada de loa, y logra el aplauso de la izquierda política más snob, que en este país llamado España casi siempre coincide con la izquierda cinematográfica.
Camino es una película dura, trágica y ácida al mismo tiempo, de cuyas entrañas tenemos que destacar las intepretaciones de la joven almeriense Nerea Camacho, goya a la actriz revelación por su rol protagonista; Carmen Elías que construye una madre ortodoxa en sus creencias religiosas (goya a la mejor actriz principal), y sobre todo la de Mariano Venancio, el padre de Camino.
No negaremos a Fesser la esmerada capacidad narrativa de la película, su virtuosismo a la hora de mezclar contenidos oníricos y realidad, y una excelente escena : la del sueño de la protagonista tras la primera anestesia general.
El final de la película con las imágenes en super ocho rodadas por el padre de Camino imprimen a la trama un halo de misterio, que pone la guinda final al pastel.
En realidad Camino sería una gran película si no fuera por la necesidad que Fesser parece tener de tomar partido por la supuesta razón en detrimento de la fe. Todo lo que se lleva al extremo es pernicioso y Fesser critica la exageración usando la exageración, algo que no hace ningún favor a su obra.
Impacta y sobrecoge, aunque a ratos deje a las claras una toma de postura sobre el asunto expuesto, que puede resultar lacerante e injusta.
Fesser busca su éxito a través de la polémica, asumiendo el riesgo de resultar propagandista. Provoca el llanto y el debate. Ganadora de seis goyas en 2009.

CAMINO (2008). Dirección y guión : Javier Fesser. Música : Rafael Arnau. Fotografía : Alex Catalán. Dirección artística : César Macarrón. Intérpretes : Nerea Camacho, Carmen Elías, Mariano Venancio, Manuela Vellés, Lola Casamayor, Ana Gracia, Lucas Manzano y Jordi Dauder. 143´Color. España. Mediapro.
Fotografía : Camino y el pequeño ratón que le sirve de guía en los sueños (¿homenaje al conejo de Alicia en el país de las maravillas?).

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