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miércoles, 6 de mayo de 2009

THICK AS THIEVES.


Antonio Banderas es un actor desaprovechado. Desde su papel en la Philadelphia de Jonathan Demme allá por 1993 (puede que el papel de su vida), el actor malagueño ha ido acumulando una colección de tics interpretativos que repiten hasta la saciedad el rol de galán golfo, siempre escoltado por mujeres sugerentes. Lo que se llama encasillamiento ha convertido a Banderas en un clon propicio película tras película. Thick as Thieves no es una excepción. Junto a Morgan Freeman, Banderas reclama nuestra atención columpiándose entre amante y bandido, dispuesto a recaudar el botín de dos huevos estilo Fabergé de incalculable valor. El hilo conductor va complicándose haciendo nudos y sorprendiendo con un final inesperado.
Lo malo de Thick as Thieves no es la historia en si, tampoco las intepretaciones ni el ritmo narrativo, sino más bien la repetición constante de los tópicos habituales en estas películas en las que el robo del siglo centra la base de la trama. Cuando Hollywood pretende convertir a Banderas y Freeman en ladrones, es señal inequívoca de que las ideas frescas no terminan de surgir. Plantean intenciones, pero la historia carece de fuerza y profundidad. Ni siquiera la guapa Radha Mitchell, que encarna a Alexandra Korolenko, partenaire de Banderas, termina resultando convincente. Lo mejor el personaje que crea el actor croata Rade Serbedzija, un malvado mafioso cinematográficamente perfecto.
Carente de relevancia, en gran medida debido a su falta de originalidad.

THICK AS THIEVES (2009). Dirección : Mimi Leder. Guión : Ted Humphrey. Música : Atli Orvarsson. Fotografía : Julio Macat. Intérpretes : Morgan Freeman, Antonio Banderas, Radha Mitchell, Robert Forster, Rade Serbedzija, Michael Hayden y Gary Werntz.
104´Color. EE.UU-Alemania. NU Image films-Equity pictures.
Fotografía : Freeman, quién golpea el último, golpea dos veces.

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