sábado, 23 de enero de 2010
THE DEVIL-DOLL.
The Devil-Doll es una obra tardía dentro de la carrera profesional del realizador norteamericano Tod Browning, maestro del llamado género fantástico y eternamente reconocido por ser el padre de la genial "Freaks"(1932).
El film, que ha pasado a la historia como uno de los títulos precursores y con más mérito dentro del apartado de los efectos especiales; tiene, sin embargo otras virtudes que sólo destacan despues de una correcta visión.
La carga de profundidad romántica de la narración es, sin lugar a dudas, una de ellas. Browning, además de director, autor de la historia en la que se basa el guión; se amparó en la novela "Burn Witch Burn", obra del escritor norteamericano Abraham Merritt, quién la publicó en 1932.
La historia se abre con la fuga de dos hombres, (Paul Lavond-Lionel Barrymore y Marcel-Henry B.Walthall) de una prisión francesa, localizada a buen seguro en una isla de ultramar. Los pasos de la huida les conducen hasta una pequeña cabaña, en donde les espera la siniestra Malita (genial interpretación de la actriz veneciana Rafaela ottiano) que con la destartalada ayuda de una disminuida joven berlinesa llamada Lachna (Grace Ford) lleva años intentando dar forma a un experimento científico, iniciado por Marcel antes de ser encarcelado; de estrafalarias consecuencias. Mediante una alteración de atomos y electrones, la pareja formada por Marcel y Malita pretende minimizar la anatomía de animales y seres humanos, convirtiéndolos en muñecos animados. Lavond, ajeno a las alteraciones físicas buscadas sin desmayo por su compañero de fuga; se verá envuelto en la trama, llevado por el resentimiento y el deseo de venganza que siente hacia tres antiguos socios banqueros, que le traicionaron mediante mentiras y que le llevaron a la cárcel por codicia.
En principio parece que los sentimientos de Lavond, aunque más cuerdos que los de Marcel y Malita, son negativos en cuanto a intenciones, la aparición en escena de su hija, la bella y sensible Lorraine (Maureen O´Sullivan), la cuál culpa a su encarcelado padre de todas las desgracias que le ha deparado la vida; hace comprender al espectador el lado más humano del protagonista, confiriéndole dentro del aspecto maléfico (el disfraz de Lavond, convertido en una anciana fabricante y vendedora de juguetes para pasar desapercibido ante los gendarmes de París) que plantea, una comprensión de venganza justificada y casi obligada.
El esfuerzo escénico del actor Lionel Barrymore es digno de aplauso, creando a un hombre maltratado por el destino, que se columpia entre el bien y el mal, venciendo finalmente el primero sobre el segundo. Browning nos hechiza con una historia humilde, pero genialmente trazada; en donde la figura del héroe solitario, del padre comprensivo aunque incomprendido, destaca sobre cualquier otra circunstancia argumental.
The Devil-Doll es algo más que un film de género fantástico. Es una película redonda, salpicada de una notable dosis de sentimentalismo y dotada de unos meritorios efectos especiales, destacando la escena en la que la pequeña muñeca animada roba primero las joyas de Madame Coulvet (Claire Du Brey) y paraliza, acto seguido; para la posteridad a su esposo Emile (Robert Greig).
Peculiares pentagramas a cargo de Franz Waxman, (una especie de "música concreta" que suma a la historia un ingrediente más de perfidia) y un bello final, repleto de sentimentalismo. Fatalismo y felicidad separados por la delgada linea roja que marca Browning.
Genial.
THE DEVIL-DOLL (1936). Director : Tod Browning. Guión : Erich Von Stroheim, Guy Endore y Garrett Fort, según una historia de Tod Browning basada en una novela de Abraham Merritt. Ayudante de diálogos : Richard Schayer. Música : Franz Waxman y Edward Ward. Fotografía : Leonard Smith. Montaje : Fredrick Y.Smith. Dirección artística : Cedric Gibbons. Intérpretes : Lionel Barrymore, Maureen O´Sullivan, Rafaela Ottiano, Frank Lawton, Robert Greig, Lucy Beaumont, Henry B.Walthall, Grace Ford, Pedro De Cordoba, Claire Du Brey y Rollo Lloyd. 78´ Blanco y Negro. EE.UU. Metro Goldwyn Mayer.
Fotografía : la actriz italiana Rafaela Ottiano, caracterizada como la atormentada Melita; en una escena de The Devil-Doll.
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