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jueves, 4 de junio de 2009

THE LADYKILLERS.


William Rose forjó la hilarante idea, y posteriormente el guión de una de las comedias más divertidas de la historia del cine británico. Un individuo exagerado en prolijidad, Profesor Marcus, (impresionante trabajo de caracterización a cargo del genial Alec Guinness), se establece en régimen de inquilinato en casa de una venerable anciana, Louisa Wilberforce,(no menos colosal Katie Johnson). Lo que parece ser un contrato usual entre dos partes, encierra en realidad mucho más que un simple alquiler de habitación. Marcus es un delincuente fichado por la policía, que se dedica a preparar atracos con el auxilio de una banda. De hecho, al poco de instalarse en la casa, recibe la visita de sus compañeros de tropelías, Claude (Cecil Parker), Harry (un principiante Peter Sellers), One Round (Danny Green) y el recién incorporado al grupo Louis, (caricatamente siniestro Herbert Lom). Marcus ha trazado un plan que parece perfecto, a través del que lograrán atracar un furgón transporte de fondos, burlando a la policía gracias a la involuntaria ayuda de la anciana. El quinteto se hace pasar por un grupo de música clásica, y tras apoderarse de la inocente confianza de la señora Wilberforce, comenzarán a desarrollar su premeditado proyecto delictivo. Todo va bien hasta que las cosas se complican a causa de los comportamientos espontáneos de la anfitriona, que resulta no ser tan cándida como ellos creían.
La clave del film, dirigido por Alexander Mackendrick, además de un consistente libreto, reside en la irrepetible legión de actores que dan vida a los personajes. Colección suculenta de caracteres : la anciana despistada, que termina agotando la paciencia de cualquiera que se cruce en su camino y que maneja perfectamente un perfil de octogenaria inocencia, casi infantil. El delincuente maniático lleno de rictus nerviosos al que Guinness dibuja primero con perfidia para luego darle un toque más divertido. El ladrón bonachón, orondo y galante, cobijado bajo la personalidad falsa de militar retirado. Un ratero sin cerebro con perpetúo aspecto de boxeador, bestia pero con buen corazón. El siniestro asesino de gabardina negra y sombrero ladeado, que porta un afilado cuchillo en su bolsillo. Y por último, el quinto en discordía, el indefinido, burlón y comediante, que parece haber caído del cielo en paracaídas ó ser el elefante que se abre paso por una cacharrería.
El Minueto de Boccherini que se ajusta con acierto absoluto al relato, intensifica el nivel de enredo, planteando el poder del clasicismo musical como ingrediente de valor en el cine.
También la fotografía del checo Otto Heller y la dirección artística del londinense Jim Morahan colaboran a crear un producto de eficiente calidad.
Fino humor inglés, con secuencias inolvidables, cómo el diálogo entre la anciana y Marcus, cuándo este, nada más llegar a la casa observa que los marcos de la pared están torcidos, intentando ponerlos rectos y ante la imposibilidad de lograrlo, cesa en el empeño. Miss Wolberforce, que ha presenciado la escena le dice que están así por las conmociones. El nervioso inquilino le pregunta a qué se refiere exactamente cuando usa esa palabra. Ella le contesta que las conmociones son los bombardeos producidos durante la guerra.
El desenlace final con los cinco delincuentes fuera de combate, y la anciana acudiendo a la policía para entregarse aquejada de un sentimiento de culpabilidad inyectada con intención por los desaprensivos, no tiene desperdicio.
Tampoco pasa de largo el dibujo de la eliminación de uno de los rufianes. Lo que en otro tipo de género sería narrado con violencia, en el film de Mackendrick se desliza como si los personajes estuvieran inmersos en un episodio de dibujos animados. En ese sentido, es especialmente gracioso el final de Marcus, que golpeado por una palanca ferroviaria, cae desde lo alto de un vagón de tren.
Una pequeña joya del cine inglés, sugerente y delirante, descriptiva y bañada por un fino y decoroso humor negro.
Muy recomendable.

THE LADYKILLERS (1955). Director : Alexander Mackendrick. Guión : William Rose. Música : Tristram Cary. Montaje : Jack Harris. Fotografía : Otto Heller. Dirección artística : Jim Morahan. Producción : Michael Balcon y Seth Holt. Vestuario : Anthony Mendleson. Intérpretes : Alec Guinness, Cecil Parker, Katie Johnson, Herbert Lom, Peter Sellers, Danny Green, Jack Warner y Helene Burls. 91´Color. UK. Ealing Studios.
Fotografía : Katie Johnson y Alec Guinness posan en un descanso del rodaje.

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