jueves, 9 de julio de 2009
THE LAST MAN ON EARTH.
El escritor y guionista norteamericano Richard Matheson es padre de una serie de grandes novelas fantásticas, casi siempre relacionadas con la ciencia ficción. Una de ellas, I Am Legend, editada en 1954; fue el cimiento de The Last Man On Earth, precursora de la más reciente I Am Legend (Francis Lawrence,2007). Confieso que hasta hace poco, incluso habiendo leído la novela de Matheson y visto la película de Lawrence; no conocía siquiera la existencia de este film dirigido en 1964 por el italiano Ubaldo Ragona y el newyorkino Sidney Salkow.
En realidad, The Last Man On Earth es un film infravalorado, rodado en el Lazio romano y en los Estudios Titanus, en cuya trama sobresale el factor soledad como estilete que se nos cuela por los ojos. Un hombre y científico desesperado, que ha visto caer a su familia y a gran parte de la humanidad, víctimas de un virus que se propaga por el aire; debe enfrentarse a una solitaria existencia, sólo quebrada por los nocturnos ataques de un grupo de muertos vivos, que se deslizan por la oscuridad con el alma en pena. Ragona y Salkow nos presentan de entrada la rutina diaria que el Doctor Robert Morgan (genial como siempre Vincent Price) afronta para sobrevivir en una sociedad inexistente. Luego, mediante un flashback muy correcto, nos relatan cómo todo llegó al derrumbado presente. Por fin, mediante un desenlace, tal vez lo más flojito de la película; nos sumergen en el antídoto al problema, que el propio Doctor Morgan consigue siguiendo las indicaciones de una mujer infectada, aunque medicada para contener puntualmente la terrible enfermedad. Tras ella, Morgan descubre que un grupo de infectados tratados con sangre desfibrilada, pretenden asesinarle y crear una nueva sociedad, ya que desconfían de él, por ser el único ser humano no infectado.
The Last Man On Earth posee momentos y detalles brillantes. Los ajos y los espejos cómo escudo utilizado por Morgan contra los nocturnos muertos vivos, detalle más vampírico que zombie; la ceguera como preludio a la muerte a causa del virus, la insistencia de Cortman por terminar con la vida de Morgan repitiendo una y otra vez aquello de "Morgan, Come Out", el perro superviviente que el audaz doctor encuentra hacia la mitad de la trama, la proyección de películas familiares en las solitarias noches del hogar de Morgan, la fosa común ardiente donde van a parar los cuerpos infectados, el frigorífico del supermercado al que acude Morgan en busca de ajos frescos con los que reponer el escudo de defensa personal colocado sobre la puerta de su casa, el final de la historia con Morgan muerto y Ruth Collins (interpretada por la actriz romana Franca Bettoia) saliendo de la iglesia y pidiendo a un crío que deje de llorar.
Algunos consideran The Last Man On Earth un film serie B, dicho ello en tono despectivo, (personalmente me niego a definir los b movies como un género inferior), y aunque así fuera, entiendo la historia de Regona y Salkow cómo una atractiva curiosidad, digna de estudio y reflexión. Desde luego no inferior a la reciente I Am Legend, protagonizada por Will Smith.
Teniendo en cuenta que George A.Romero estrenó Night Of The Living Dead en 1968, me niego a creer que no fijara algunas de las escenas de este clásico de los muertos vivientes y errantes, basándose en The Last Man On Earth.
Interesante.
THE LAST MAN ON EARTH (1964). Dirección : Sidney Salkow y Ubaldo Regona. Guión : Richard Matheson, Ubaldo Regona y Furio M.Monetti, basados en una historia escrita por William F.Leicester a partir de la novela I Am Legend de Richard Matheson. Música : Paul Sawtell y Bert Shefter. Fotografía : Franco Delli Colli. Montaje : Franca Silvi y Gene Ruggiero. Producción : Robert L.Lippert. Intérpretes : Vincent Price, Franca Bettoia, Emma Danieli, Giacomo Rossi-Stuart, Umberto Raho y Christi Courtland. 86´Blanco y Negro. EE.UU.-Italia. Associated Producers (API)-Produzioni La Regina.
Fotografía : El Doctor Morgan (Price), el último ser humano sobre la Tierra, intentando encontrar vía radio algun compañero para acabar con la soledad que le rodea.
Etiquetas:
Franca Bettoia,
Richard Matheson,
Sidney Salkow,
Vincent Price
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